Pues nada, vuelta al tajo. Para subir los ánimos un puñado más de imágenes de nuestro paso por los ministerios y unos apuntes sobre la manifestación de Madrid.
El día era soleado y caluroso, muchos iban en manga corta y a la mayoría nos sobraban los chaquetones y prendas de abrigo con las que salimos de León. La llegada fue casi apoteósica, pues los autobuses después de dar algunas vueltas, innecesarias, aparcaron enfrente de la C/ San Bernardo, donde estaban la mayoría de los compañeros, preparados, para la salida. A nosotros nos tocó cerrar la comitiva, casi, porque detrás iba la Policia (nuestros inseparables amigos, cuando acabe esto va a ser difícil prescindir de ellos…) y los barrenderos, quienes con gran despliegue de medios limpiaban todo el papel que había en el suelo. A lo largo de San Bernardo era increible la gran cantidad de gente que había, Madrid, Soria, Murcia, Burgos, Valladolid, Cartagena, Avila, Toledo, etc… Todos con sus pancartas, carteles, banderas, todo tenían cosas originales. Los de Soria vendían calendarios, (ellos mismos habían posado como modelos), los de Valladolid, llevaban a un sosias del Ministro con sus escoltas, otros escenificaban el entierro de la Justicia, vestidos impecablemente. Había hasta alguna compañera vestida de “chulapa”. Cuando, por fin, llegamos a nuestro lugar, alrededor de las 12,20, comenzó a andar la manifestación. Había mucha curiosidad por conocer detalles de la reunión del día anterior y Javier iba contando lo que había sucedido y andando despacio salimos a la Gran Vía. Resultó impresionante ver a los compañeros del principio parados a la altura más o menos de Callao y nosotros en dirección contraria, o sea, Plaza de España. La fila era muy larga. Una vez que estábamos todos en la Gran Vía, continuó la marcha. Ocupábamos toda la parte derecha de la calle. Entre pitos consignas y algún cántico, con muchísima expectación en las aceras, llegamos sobre las 14,30 a la sede del Ministerio de Economia. Allí los representantes de los trabajadores, encima del techo de un coche se dirigieron a los concentrados. Allí estaba, por fin, el secretario general de CC.OO. junto con otros integrantes muy significativos del sindicato, mostrando su apoyo y solidaridad. Todo acabó muy cerca de las tres de la tarde. La manifestación resultó ser todo un éxito. Había que demostrar que después de ocho semanas no había perdido ni un “ápice de fuelle “. Que estamos más unidos que nunca y con más ganas que nunca porque ahora sí somos todos los que estamos y nuestras reivindicaciones no sólo abarcan la equiparación con los compañeros transferidos sino afectan también a nuestra dignidad y no vamos a permitir que nadie y mucho menos “este personaje” con excesivas dosis de soberbia, prepotencia, intransigencia y torpeza nos la pisotee, ni cuestione nuestro orgullo de ser funcionarios de la Administración de Justicia. El regreso a León fue divertido y algunas de las ideas que se expusieron en el viaje de vuelta serán comentadas en la asamblea, otras sencillamente no…
Y por si alguien no lo tiene claro,
¡ESTA HUELGA LA VAMOS A GANAR!
